Las Jornadas de la «Asociación Bíblica Española» (ABE), en
el seminario de Monte Corbán, Santander, transcurrieron en el marco de la celebración
de los 40 años de la Asociación ,
los días 2 al 4 de septiembre de 2013.
Las tres ponencias, que configuraron el desarrollo de las
Jornadas, giraron en torno al título de las mismas: «La Biblia como literatura. La Biblia en la literatura».
·
«La Biblia y su
intertextualidad», por Gregorio del Olmo Lete (catedrático emérito de la Universidad de
Barcelona).
El Dr. del Olmo argumentó que la lengua se transmite como un
relato y que este hecho está en la base de la intertextualidad. La cultura,
afirmó, es un proceso de transformación y de transmisión. En este contexto, la Biblia se nos presenta como
un relato de la experiencia del encuentro con Dios, una experiencia de lo
divino.
Hay, continúo, una intertextualidad ascendente y una
intertextualidad descendente. La
Biblia depende de un contexto cultural anterior
(intertextualidad ascendente). El AT es la intertextualidad ascendente del NT,
como su dependencia más intrínseca.
Por su parte, el AT presenta diversas intertextualidades. En
los relatos de la Creación
se parte de una intertextualidad anterior: los relatos babilónicos. Los autores
bíblicos no sólo conocían los relatos sino, también, su representación: unos
relatos que se representaban en forma teatral. Los israelitas conocen, han
visto estos relatos en su exilio babilónico: el Enúma Elish. El redactor
bíblico transforma estos relatos, aunque manteniendo elementos que permiten
identificarlos. El relato del diluvio es una «copia» de un relato anterior: el Atrahasis;
el prólogo y el epílogo de la narración
bíblica lo trasforma, cambia su motivación. El libro de José sigue el esquema
de la novela egipcia de los dos hermanos.
Volvemos a encontrar intertextualidad en los libros
sapienciales, que en algún caso se convierte en copia o cita de otros textos: Proverbios
o Cantar de los Cantares son dos ejemplos claros de esta
intertextualidad ascendente. Algo similar pasa con el libro de Job. En
la escatología encontramos también antecedentes cananeos; dos ejemplos serían
la teología sobre al muerte y la resurrección en Pablo o la escatología de Is
27.
Respecto a la intertextualidad descendente, los relatos de
Adán y Evan se hacen presentes en abundante literatura posterior. Los temas del
origen de la vida, la existencia y origen del mal, la sexualidad, etc. son una
actualización antropológica de los textos de la Biblia. El
Éxodo será leído desde una perspectiva política. El mito de los orígenes de la
nación norteamericana es una lectura de intertextualidad descendente del relato
bíblico. O también el uso del libro del Cantar de los Cantares como
paradigma del lenguaje místico. Los ejemplos de intertextualidad descendente
son múltiples en la literatura clásica y en la actual.
·
«La Biblia y sus traducciones
en la historia del español», por Claudio García Turza (Catedrático de la Universidad de la Rioja )
El ponente comenzó hablando de
las influencias de la Vulgata :
La Vulgata ,
y su antecedente la Vetus
latina, está influenciada por los moldes lingüísticos de la lengua griega,
afirmó. La Vulgata
acaba siendo un texto aceptado, reverenciado y propagado, desde la perspectiva
de la influencia del latín. El texto latino del Antiguo Testamento, en la Vulgata , es
auténticamente una traducción a partir de los textos hebreos, arameos y
griegos, por parte de san Jerónimo. El Nuevo Testamento, por el contrario, es
una revisión de la traducción de la
Vetus latina.
Los rasgos más característicos
del español escrito se encuentran ya en la Vulgata , argumentó. Las influencias del
cristianismo y de la Biblia
(en sus traducciones al latín) han dejado una indeleble huella en la lengua
española.
Los pensadores cristianos
utilizarán el llamado «nuevo futuro» (en latín), con una clara orientación
ética, entendido desde una perspectiva interior y, por consiguiente, no sólo
externo. La renovación del futuro latino debe considerarse como uno de los
elementos más importantes influenciados por el cristianismo, en general, y la Biblia , en particular. No
será éste la única influencia, aunque sí una de las más importantes. También
influenciarán en la lengua española: los adverbios acabados en «mente», la
desaparición del neutro, etc.
Comenzó, el Dr. Sánchez Caro,
afirmando que Luis Alonso Schoekel seguramente es el pionero, en lengua
castellana, en el estudio de la
Biblia como literatura. Aseverando, seguidamente: La
influencia de la Biblia
en la literatura es innegable.
La fuerza literaria de la Biblia influye primeramente
en judíos y cristianos, como referente de su fe. Las traducciones a las
diferente lenguas, constituye un segundo momento. El contacto «confesional» y,
también, cultural de la Biblia
con la literatura será decisivo. La
Biblia es una obra clásica, continúo; tiene una capacidad de
mensaje que traspasa todos los tiempos… Sin el pueblo judío, sin la comunidad
cristiana la Biblia
no hubiese tenido la influencia literaria que ha alcanzado.
Señaló cuatro presupuestos a
tener en cuenta:
1. Distinción entre Biblia y Sagrada Escritura. La Biblia es un conjunto de
libros de diversa procedencia y cronológica; una obra literaria; pertenece a la
humanidad entera. Sagrada Escritura, por su parte, es un conjunto de libros
admitidos como normativo para una comunidad creyente.
2. La comunidad creyente que admite la Biblia como literatura y como normativa.
3. Los que consideran la
Biblia como literatura, pero rechazan cualquier tipo de
inspiración divina.
4. Acercamiento literario, pero no cerrados a otros tipos de lecturas;
exigiendo respeto a unos y a otros.
Y, aclaró, según su criterio, las
actitudes adecuadas a los diversos presupuestos:
a) Como creyentes no podemos
rechazar las aproximaciones literarias, aunque se queden en sólo estas
aproximaciones.
Todas las aproximaciones están
condicionadas por una precomprensión propia. El reconocimiento de esta realidad
es necesario.
b) La Biblia no es propiedad
exclusiva de los creyentes judíos y cristianos. Es también una obra literaria
de primer orden.
c) El estudioso cristiano de la Biblia debe dedicar también
una parte de su tiempo al estudio de la literatura.
d) El estudioso cristiano que
dedica también parte de su tiempo al estudio de la literatura conseguirá una
mayor perspectiva en el estudio bíblico y del influjo de la Biblia en la literatura
general.
Acabó concluyendo: el descubrimiento de la Biblia por el estudioso
literario no debe dejarnos indiferentes. La colaboración interdisciplinar, el
enriquecimiento que supone, el respeto, un nuevo areópago, etc. lo convierten
en necesario.
Junto a las tres ponencias, las Jornadas propiciaron el
trabajo de los diferentes seminarios permanentes de la Asociación Bíblica
Española: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Antiguo Testamento en el
Nuevo Testamento, Biblia y Pastoral, y Biblia y Antiguo Oriente.
En la
Asamblea general de los asociados se reeligió como director a
Santiago Guijarro, como secretario a David Álvarez y como subdirector a Carmen
Bernabé. Como vocales fueron elegidos: Juan Chapa, Guadalupe Seijas, José Luis
Barriocanal y Álvaro Pereira.
Se recordó y celebró los 40 años de la ABE , con la presencia de tres
de los directores en este período: Rafael Aguirre, Juan Miguel Días Rodelas y
Santiago Guijarro. Hubo un recuerdo especial por los fallecidos, que ya gozan
de la presencia de Dios-Padre, y se leyó dos cartas de dos históricos
directores ausentes: Vicente Collado y Julio Trebolle. Después de una breve
intervención de cada uno de los directores presentes, pudimos disfrutar de un
vídeo conmemorativo, preparado por Carmen Bernabé: «Breve historia de la ABE (1970-2013)».
También hubo un hueco para la presentación de las novedades
de publicaciones de los asociados, y el
saludo a los presentes del biblista argentino Jorge Blunda, invitado a las
Jornadas, que presentó a los participantes la recién creada «Asociación Bíblica
Argentina», con escasamente un año y medio de vida.
Javier Velasco-Arias
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